A pesar que
la rebelión de Túpac Amaru II causó una gran conmoción social en los Andes y en
gran parte de Sudamérica, no es tarea sencilla definir las causas que
originaron la rebelión, pues el discurso del grupo dirigente fue muy diverso y sus
reivindicaciones contradictorias, debido que al aglutinar diversos sectores
sociales como criollos y mestizos, terratenientes, hacendados y comerciantes
con indígenas tributarios y mitayos, terminó olvidándose, por su propio status social, de pedidos básicos
y evidentes a favor de los indígenas como lo fue el tributo, la tenencia de la
tierra y las formas de prestación laboral. Esto demuestra que la rebelión de
Túpac Amaru II no buscaba satisfacer de manera directa las demandas del
indígena común (runas) sino de los grupos provincianos elitistas al cual
pertenecía el curaca José Gabriel Condorcanqui.
Los curacas
(o caciques) en general, y en particular los del Cusco, fueron un sector
privilegiado de la sociedad andina colonial. Se convirtieron durante el siglo
XVI, XVII y la primera mitad del siglo XVIII, en eslabones de la cadena de explotación
y dominación española. Como tales, recibieron de la política colonial
privilegios económicos como: propiedades, exoneración de tributos, conservación
de runas a su servicio; sociales (reconocimiento de status de nobleza);
políticos (otorgamientos de poder a nivel local) y culturales (educación en
escuelas especiales y acceso a ciertos niveles del clero). Estos curacas
indios, ricos e ilustrados como fue el caso de José Gabriel Condorcanqui, quien
había estudiado en el colegio jesuita San Francisco de Borja del Cusco, hablaba
castellano, quechua y latín, andaba a caballo, se vestía como español, era
propietario de cocales en Carabaya, chacras en Tinta, vetas de minas y sobre
todo dueño de 350 mulas con las cuales se dedicaba al comercio y al transporte
de mercaderías del Cusco a Potosí, por el cual se le conocía peyorativamente
como “el curaca arriero”, eran curacas que además contaban con el
reconocimiento político de las masas indígenas que les obedecían ciegamente.
Dibujo de un curaca realizado por el cronista indio Guaman Poma de Ayala. Obsérvese que el curaca tiene la indumentaria típica de un español. |
El
historiador John Murra expone como causal de la rebelión un sentimiento de
identidad ligado al pasado incaico, que aparece y se desarrolla en el siglo
XVIII y que él denominó, “el nacionalismo Inca”. Es decir los curacas empezaron
en el siglo XVIII a vestirse como en los tiempos del Incario y a revalorar el
runasimi, las huacas “vuelven a cantar” desde las páginas de “los Comentarios
Reales” del Inca Garcilaso de la Vega y donde la figura de José Gabriel
Condorcanqui concentró la imagen mesiánica del Inca, de ahí su autodenominación
de Túpac Amaru II, pues los Incas no tenían la costumbre de repetir los nombres
de antiguos gobernantes.
Entendemos
que la causal expuesta por Murra fue una causal importante pero complementaria
a las causales originadas por “las reformas borbónicas” del siglo XVIII. En su
investigación sobre las rebeliones indígenas del siglo XVIII, Scarlet O’phelan
sostiene que la coyuntura más importante de todas aquellas medidas que
generaron olas de descontento en todos
los niveles de la sociedad colonial están aquellas llevadas a cabo desde 1777
por el Visitador José Antonio de Areche y que marcaron un punto decisivo en la política fiscal pues incrementaron la presión sobre la producción y el comercio,
afectando a los sectores más dinámicos ( entre los que se encontraban José
Gabriel Condorcanqui y sus aliados criollos y mestizos) y cuyo resentimiento
contra la Corona tuvo su punto más alto en la rebelión que precisamente él
lideró.
En el
desarrollo de la rebelión se nota que el programa reivindicatorio estaba
destinado a las élites provinciales a la cual pertenecía Túpac Amaru II y era
bastante completo teniendo en cuenta que la mayoría de eso pedidos le
favorecían como los relacionados a la eliminación de alcabala, aduanas, obrajes
, impuestos, mejoras en la administración de justicia, equidad en los nombramientos
para cargos públicos, supresión de la mita de Potosí que a raíz de la creación
del virreinato de Río de la Plata en 1776 había dejado de pertenecer al virreinato
del Perú y fundamentalmente el abuso de los corregidores en el cobro del
tributo y los repartos mercantiles.
José Gabriel Condorcanqui se dedicaba al transporte de mercancías a través del sistema del arrieraje, por ello los españoles lo denominaron despectivamente como "el curaca arriero". |
yyy las causas????
ResponderEliminarY LAS CAUSAS?? no estan! :p
ResponderEliminarjkjkjkj
ResponderEliminardonde estan
ResponderEliminarcausas
si onde tan las causas io keria causas peo no las ay
ResponderEliminarojala q no esten mintiendo x q si de reconchatumare lesjuro x su madre q los denuncio entendido
ResponderEliminarles cuesta tanto leer todo el texto y analizarlo sarta de ignorantes que quiere todo hecho
ResponderEliminarPara los que no saben leer:
ResponderEliminarcitación: "El historiador John Murra expone como causal de la rebelión un sentimiento de identidad ligado al pasado incaico, que aparece y se desarrolla en el siglo XVIII y que él denominó, “el nacionalismo Inca”. "
Muy buen texto :)
ResponderEliminardonde las causas
ResponderEliminarY LAS CAUSAS ??????????????
ResponderEliminarno me gusta este chiste :(
ResponderEliminaraggg
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