Orígenes
Nadie a ciencia cierta sabe si Juan Santos Atahualpa era
indio o mestizo, lo que si está demostrado es que era quechuahablante, pues
cuando el virrey Superunda envió a dos jesuitas para entrevistarlo con el
engaño de que habían sido enviados por el Papa, estos informaron que el líder
hablaba “quichua”. Se dice que hablaba también el castellano, el latín y varios
dialectos selváticos. Su vida es un misterio, parece ser que nació en 1712, no
se sabe si en el Cusco, Huamanga o Cajamarca, aunque Amich dice que era
cusqueño y sirviente de algún jesuita. Él estudió o trabajó en el colegio San
Francisco de Borja del Cusco, colegio administrado por los jesuitas para curacas
y sus descendientes de Cusco, Huamanga y Arequipa. Precisamente esta cercana
relación con los jesuitas le permitió viajar a España, África (Angola), Inglaterra,
Francia e Italia. Incluso sus más osados investigadores como Francisco Loayza dicen que la rebelión
estaba relacionada con el apoyo de los ingleses, pues en el año en que esta se inició, fueron vistas en las costas del virreinato peruano cinco naves del vicealmirante inglés Jorge Anson.
"Un día llegó al Gran Pajonal , un quechua del Cusco que decía ser el Inca Atahualpa.Venía vestido de rojo y acompañado de un apostol llamado Bisabequi" (historiador: Pablo Macera) |
Prédica y accionar
Es muy probable que la predica del rebelde se haya iniciado
entre 1729 y 1730, declarando su voluntad de restaurar el reino de los Incas. “El año de 1729 y 1730 vino Juan Santos
Atahuallpa corriendo toda la sierra, desde el Cuzco hasta Cajamarca, reuniendo
a todos los caciques, que venía a restaurar su reino del poder de los
españoles. Posteriormente llegó hasta la montaña y la ceja de la sierra con los
indios infieles”.(Francisco Loayza A. “Juan Santos, el invencible”,1942).Por
aquellos tiempos fue capturado y enviado a “la Piedra”, por el virrey
Castelfuerte, pero poco después, se fugó y se internó en la selva, llegando a
territorios de los campas o asháninkas guiado por Bisabequi un curaca piro,
radicándose en Simaqui-Quisopango(Pangoa), un territorio fuera del control
político-militar español y de los misioneros franciscanos. Gracias a su alianza
con curacas o caciques como Mateo de Asia, la prédica anticolonial de Juan
alcanzó la zona conocida como “el Gran Pajonal”, en la selva central, en los
valles de Chanchamayo, Perene, Ene, Pangoa y el Alto Ucayali, hábitat
geográfico de grupos selváticos o “chunchos” como: piros, conibos, amueshas, yaneshas,
asháninkas y grupos no selváticos como misioneros, terratenientes blancos,
sirvientes, trabajadores mestizos, y
negros esclavos, cuya presencia se debía a que la selva central era una zona de
constante intercambio de productos y de personas, principalmente coca, madera,
sal, algodón y otros productos valiosos. Además de estos grupos, hubo otro
contingente de disidentes, provenientes principalmente de la sierra, aunque no
exclusivamente indios, que encontraron en la selva central una zona de refugio
ideal para esconderse de las autoridades. En esta zona llamada “el Gran
Pajonal”, perteneciente a la jurisdicción de Tarma y que comprendía en términos
modernos la selva de los actuales departamentos de Huánuco, Junín, Pasco y
Ayacucho, los franciscanos dedicados a evangelizar a las etnias selváticas
habían logrado establecer unas 32 misiones de trescientos habitantes cada una:
en total unas nueve mil personas.
Sobre el programa político del rebelde, quien decía ser
descendiente de los últimos Incas, mucho se ha escrito, algunas fuentes sostienen que Juan Santos
proponía el retorno al Imperio de los Incas, pero sin dejar por completo
algunos rasgos ya interiorizados por la población, como el cristianismo. Planteaba
se dice, un mundo de selváticos libres y cristianos, pero sin blancos y negros.
Esto último es difícil de sostener pues uno de los líderes rebeldes, llamado
Antonio Gática era africano y estaba casado con una mujer asháninka. Además el
sacerdote franciscano que al igual que los jesuitas logró también parlamentar con
Juan, dice haber visto grupos de blancos acompañando a los rebeldes. Las nuevas
investigaciones precisan el carácter marcadamente multiétnico de la rebelión,
aunque con preponderancia de los grupos selváticos.
En el año de 1742, los rebeldes dan inicio a su rebelión
destruyendo más de 25 misiones o reducciones establecidos por los misioneros
franciscanos del Convento de Ocopa, pues para ellos las misiones no sólo
significaban maltratos y reglas rígidas sino también el sometimiento a trabajos
forzados en haciendas, obrajes, panaderías y la mita de la sal (ya que en esta
región se había descubierto grandes depósitos de sal, el historiador Orrego Penagos sostiene que uno de los móviles de esta rebelión fue la disputa por el control de la sal entre los grupos selváticos y los franciscanos); explotación de la cual
se querían liberar. Otro factor de descontento fueron las enfermedades llevadas
inconscientemente por los misioneros y que diezmaban a los selváticos. Los
franciscanos en su intento de borrar el evidente carácter antifranciscano de la
rebelión argumentaban que los selváticos estaban contentos con ellos, y que el
alzamiento “chuncho” había sido provocado por el rebelde, sus allegados y
chunchos, quienes querían verlo coronado en Lima.
Es interesante observar que le grupo selvático que más apoyó
a Juan Santos, fue el grupo amuesha, cuyo centro ceremonial se encontraba en al
localidad de Metraro, y quienes ejercían de modo exclusivo el control sobre la
sal que los demás grupos de la zona necesitaban.
Enterado el virrey Antonio de Mendoza Caamaño y Sotomayor, ”Marqués de Villagarcía” (1736-1745) de la
rebelión, ordenó operaciones para apresar al rebelde:
Primera campaña (1742):
El gobernador Benito
de Troncoso comandando un grupo de realistas se dirigió de Jauja hasta
Quisopango (set. 1742-oct. 1742), mientras que Pedro Milla se dirigía desde
Tarma hasta Nijandaris (set. 1742-nov.1742).Troncoso estableció su cuartel
general en Sonomoro, mientras Juan Santos iniciaba una ofensiva sobre Eneno. El
17 de setiembre de 1742 las tropas de Milla son cercadas sorpresivamente y
liquidados por los rebeldes a inmediaciones del río la Sal, mientras que
Troncoso que contó con el apoyo del curaca de Sonomoro (Bartolomé Quintimari)
derrotó el 9 de octubre de 1742 a las tropas del curaca Santabangori en Quisopango
(cuartel general de los rebeldes). Ante la falta de información del ejército de
Milla y temeroso de que Juan Santos retorne de Eneno a Quisopango, Troncoso se
regresó a Sonomoro y luego retrocedió a Jauja.
Segunda campaña
(1743-1744): A fines
de 1743, el rebelde decidió atacar “Quimiri”, lugar donde los españoles habían
levantado un fuerte dejando en el mando al capitán Fabricio Bartolí. Juan
Santos le propuso a Bartolí la rendición, pero al negarse, atacó el fuerte
matando a sus defensores (1° de enero de 1744). Las tropas de Troncoso (300
españoles) salieron de Tarma, pero no pudieron reforzar a los sitiados pues los
rebeldes habían cortado todos los puentes que permitían el acceso al fuerte, retornando
desde Chanchamayo a Tarma. El fracaso de la ofensiva realista obligó al rey
español al reemplazo del virrey Marqués de Villagarcía por el virrey Antonio Manso de Velasco(1745-1761),
llamado después Conde de Superunda ( “Conde sobre las olas”) por el terremoto y
tsunami que afectó Callao y Lima en 1746.
Tercera campaña (marzo
de1746): En una
campaña proselitista Juan Santos abandona Quimiri y se dirige a Monobamba,
dejando a sus tropas en el camino para a través de emboscadas, golpes de mano y
un mejor conocimiento del terreno, pudieran diezmar a los realistas. Las tropas
realistas enviadas por el virrey Manso de Velasco (veterano de la guerra de
indios en Chile), al mando de José de Llamas, cuyo objetivo era retomar
Quimiri, se enfrentaron con los rebeldes en el combate de Cerro la Sal,
mientras que las tropas de Benito Troncoso se enfrentaban a otro grupo rebelde
en Nijandaris.
Cuarta campaña (verano
de 1750): Debido al
fracaso de las expediciones militares, el gobierno virreinal envió al
franciscano fray Otanza para negociar con el rebelde y al cual hasta se le dio
permiso para evangelizar, pero luego lo expulsaron por su proselitismo
antirebelde. Entonces los españoles deciden organizar una nueva campaña militar
al mando del general José de Llamas teniendo como base de operaciones Jauja y
Tarma. En el verano de 1750 los españoles logran recuperar Quimiri, mientras
que el capitán realista Espinal ocupa la región de Eneno. Ya por entonces Juan
Santos se había replegado atacando a los españoles en su eje de avanzada.
Agobiados por las enfermedades, la falta de abastecimientos y el hostigamiento
de los naturales, los expedicionarios luego de sufrir muchas bajas se
regresaron a Jauja.
Contraofensiva de Juan
Santos Atahualpa (1751-1752): El rebelde ocupa Quisopango y ordena una ofensiva militar
para capturar Sonomoro o Pangor (reducto realista), que luego de capturarla la
convierte en su cuartel general. En 1752 (¿agosto?), el caudillo inicia una
incursión sobre Andamarca, pero al enterarse de la cercanía de tropas
virreinales salidas de Jauja se replegó hasta Sonomoro. Con esta acción
ofensiva de Andamarca dicen los historiadores concluyó la contraofensiva del
caudillo. En 1756 un destacamento realista al mando de Pablo Sáenz de
Bustamante penetró en Quimiri, pero ya entonces
no se tenían noticias del rebelde, optando los españoles por una nueva
estrategia defensiva consistente en convertir a Jauja y a Tarma en bastiones
militares para evitar que el movimiento influyera en una zona articulada con la
capital y comprometiese el abastecimiento de alimentos a Lima.
Una de las primeras medidas de los rebeldes liderados por Juan Santos Atahualpa fue expulsar a los franciscanos de la selva central. |
¿Qué pasó con Juan
Santos Atahualpa?
La misteriosa desaparición de Juan Santos después de 1752
provocó una serie de rumores populares acerca de una inminente liberación o de
una invasión suya al corazón del poder
colonial. En Cajamarca en 1753 y en la sierra central en 1756 se difundieron
informaciones de la llegada del rebelde y de comunicaciones secretas entre las
comunidades y la rebelión. Sin embargo, nunca se volvió a ver a Juan Santos. Aunque algunos dicen que fue envenenado o que murió de vejez, lo
concreto parece ser que después de la toma de Andamarca, el movimiento se
diluyó muriendo el jefe rebelde en un enfrentamiento contra un curaca local en
Metraro, alrededor de 1756.
Objetivo y balance del
levantamiento
Aunque la historia tradicional presenta la rebelión de Juan Santos
como una rebelión milenarista(en su
propuesta de cambio del cosmos) y mesiánica(el
líder como salvador mítico y reorganizador del mundo), los últimos trabajos
sobre el tema señalan un movimiento político insurreccional que optó por una
lucha armada orientada fundamentalmente a la defensa de la selva como espacio
económico y político que a la extensión del movimiento a otros espacios
geográficos como las partes altas de la sierra. Santa María dice que el
objetivo histórico de la rebelión fue liberar a las masas selváticas del yugo
de las reducciones obligados por los franciscanos (entrega de fuerza de
trabajo), de los repartos de mercadería inservible por parte de los
corregidores y de la cobranza de tributos. El mismo autor aceptando el carácter
multiétnico de la rebelión sostiene que la adhesión de los grupos no
selváticos(blancos, mestizos y en menor medida negros), fue porque estos
estaban convencidos que la autonomía política regional de dicha área crearía
bases más seguras para una integración económica con el sistema mercantilista
colonial, pues los rebeldes de una u otra clase conocían bien el antiguo y
extendido comercio con pueblos andinos o españoles de la sierra, como era el
caso del comercio de las hojas de coca.
Entendemos que el movimiento no fracasó, pues militarmente aplicó una estrategia
adecuada para el terreno del monte: la guerra de guerrillas, y la toma efímera
de algunas ciudades. Las tropas realistas, vistas hasta ese momento como
invencibles, no pudieron derrotar a los rebeldes. Esto causó alarma en la
administración virreinal como lo demuestra la militarización de Jauja y Tarma,
estrategia militar defensiva realista que lo único que buscaba era evitar la
expansión del movimiento. Lo cierto es que las repercusiones del movimiento
fueron muchas más amplias que sus victorias militares. Políticamente la
rebelión también fue exitosa, pues a pesar de que un grupo de historiadores
sostiene que fracasó porque no se extendió y articuló a la sierra donde
existían grupos sociales explotados por el régimen colonial, el objetivo de la
rebelión no era ese, sino crear una zona geográfica, política y económica libre
del control estatal español, objetivo que se logró, pues hasta muchas décadas
después dicho territorio no pudo ser controlado por los gobiernos de turno,
estableciéndose a lo mucho, pequeños grupos
de colonos foráneos.
Dedicado a Gabriela Okumura Hosaka
gracias x la ayuda no encontre lo k buscaba pero lo demas siii gracias
ResponderEliminarpdt:¿en k concluye la rebelion de juan santos atahualpa?¿
Alguién sabe durante que gobierno de qué virrey se sublevó Juan Santos Atahualpa,si me dijeran la respuesta se los agradecería
ResponderEliminargracias pero por que mentiras explicame Sr eduardo..?
ResponderEliminarHola, en lo que vendría siendo lo de la desaparición de Atahualpa tengo una duda... recientemente vi un video en el que mostraban una animación de atahualpa siendo ahorcado. Pero eso no concuerda con lo que dice este artículo... estoy confundido
ResponderEliminar