“El que quisiere quedarse conmigo,
yo huelgo dello y al rey servirá,
y el que se fuere de aquí a Panamá
no por eso será mi enemigo” (Poema
de la conquista de Nueva Castilla)
Un hecho trascendental en el avance español hacia el territorio
de los Incas o el Perú como ellos lo denominaban ocurrió en setiembre de 1527 en
la denominada isla del Gallo (isla ubicada hoy en la frontera
Colombia-Ecuador pero, perteneciente al departamento de Nariño en el suroeste de
Colombia)
Todo empezó cuando el gobernador de Castilla de Oro, Don Pedro de
los Ríos se enteró a través de ¨la treta del ovillo¨ del descontento y
sufrimiento de aquellos que acompañaban a Francisco Pizarro en su segundo viaje
al Perú (1526-1528). “…grande fue la
dificultad que experimentaron para
encontrar algo que comer en los bosques. A veces encontraron patatas
silvestres, cocos, o en la playa el espeso fruto del mango. Pero la orilla del
mar era más insoportable que los bosques por los enjambres de mosquitos que
obligaban a los desgraciados aventureros a sepultar sus cuerpos hasta la cara
en la arena. En esta extremidad de padecimientos solo pensaban en volverse; y
todos sus planes de avaricia y ambición, exceptuando a Pizarro y a otros pocos espíritus
indomables, desaparecía ante el deseo único de volver a Panamá.”(Guillermo
Prescott. En: Historia de la Conquista del Perú).
En un ovillo de algodón blanco enviado como regalo a la esposa del
gobernador de los Ríos, Doña Catalina Saavedra, en una de las dos embarcaciones que desde la
isla del Gallo regresaron a Panamá, una al mando de Almagro y la otra al mando
del veedor Carballo, los expedicionarios lograron introducir un trozo de papel
al parecer escrito por Juan de Saravia donde decía:
“A señor
gobernador
Miradlo bien por
entero
alla va el
recogedor (por Almagro)
aca queda el
carnicero” (por Pizarro)
Alarmado por las noticias, De los Ríos envió a dicha isla dos
embarcaciones debidamente apertrechadas al mando del capitán Juan Tafur con la
orden de recoger a los quejosos dando por finalizado el segundo viaje de la
Empresa del Levante o del Perú. Ya en la isla, Tafur hizo conocer a Pizarro la decisión del gobernador, mas Pizarro,
al que se entiende capitán general de la hueste, no se dejó ganar por la
pasión y desenvainando la espada avanzó
con ella desnuda hacia sus hombres y trazando la arena de Este a Oeste se
limitó a decir: ”Por este lado se va a Panamá, a ser pobres, por este otro al
Perú a ser ricos; escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le
estuviere”. Del Busto dice que tras un silencio de muerte, se sintió crujir la
arena húmeda de la playa bajo los borceguíes y alpargatas de los valientes que
en número de trece pasaron la raya. Los nombres de estos trece motejados
posteriormente como "los trece del Gallo" fueron: Nicolás de Rivera, “el viejo”,
Cristóbal de Peralta, Antón de Carrión, el griego Pedro de Candia, Domingo de
Soraluce, Francisco de Cuellar, Juan de la Torre, Pedro de Halcón, García de
Jaren o Jerez, Alonso de Briceño, Alonso de Molina, Gonzalo Martin de Trujillo(1),
Martin de Paz, el resto se regresó con Tafur a Panamá capital de Castilla de
Oro.
Sin embargo debemos recordar que en la conquista del Perú,
los españoles utilizaron, no sólo
hombres de otras nacionalidades como el griego Pedro de Candia, sino también
cargueros indios guatemalas, nicaraguas, esclavos africanos y un puñado de
negros jóvenes nacidos en Centroamérica, los que por lo general fueron
excluidos de las narraciones por los cronistas españoles dada su baja o inexistente categoría
social, de ahí que al cruzar estos trece europeos la línea en dirección al
Perú, estos no hayan sido tomados en cuenta tal como sucedió con el primer
negro guineo que desembarcó en Tumbes del cual nadie recuerda su nombre.
Pero no fueron sólo trece los europeos que cruzaron la línea
trazada por Pizarro, también lo hizo el piloto moguereño Bartolomé Ruiz quien se regresó a Panamá por pedido
expreso de Pizarro, con el objeto de cooperar con Luque y Almagro en sus
esfuerzos para obtener nuevos auxilios. Se desprende entonces que fueron
catorce europeos los que generaron fama en la isla del Gallo, y quienes tiempo
después serian recogidos de la isla de Gorgona o Felipe (2) donde por seguridad
los llevó el capitán Juan Tafur, en una embarcación piloteada por Ruiz, la
misma que navegando hacia el sur alcanzaría la desembocadura del rio Saucha o
Santa (Ancash) en mayo de 1528.
NOTAS:
(1)
Muerto
en la isla de Gorgona.
(2)
Allí también fueron llevados los auxiliares
nicaraguas, guatemalas y esclavos de los que cruzaron la línea, además de los
tres tallanes tumbesinos (Fernandillo, Felipillo y Francisquillo) capturados en
una incursión previa al incidente del Gallo por el piloto Bartolomé Ruiz a la
altura de San Mateo (actual Ecuador)
Dedicado a Cristina Corrales Zevallos
es mucho y me aburro
ResponderEliminaramm me parece muy bueno me ayudo bastante para mis tareas de h.u
ResponderEliminarMUY INTERESANTE. GRACIAS POR ABUNDAR LA HISTORIA MUY POBRE QUE SE CONOCIA POR LIBROS.
ResponderEliminarPero no fueron sólo trece los europeos que cruzaron la línea trazada por Pizarro, también lo hizo el piloto moguereño Bartolomé Ruiz quien se regresó a Panamá. consejoscomunales.net/maria-reiche/
ResponderEliminarBastidas navegó la costa caribeña de la actual provincia de Colón y las islas del archipiélago de la Comarca de San Blas. Debido a la mala condición de sus barcos, Bastidas suspendió su expedición y regresó a España. vikingpressagency.com/que-es-el-cro-y-por-que-es-tan-importante-para-tu-marca/
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